
Islandia Recurre a Bandejas de Plástico Tras la Reacción de los Clientes sobre el Empaque al Vacío
Iceland Foods ha revertido su decisión de utilizar envases al vacío para la carne picada tras una fuerte reacción de los clientes, optando por regresar a las tradicionales bandejas de plástico.

El gigante minorista Iceland Foods ha escuchado a sus clientes y ha realizado un cambio significativo: están volviendo a las bandejas de plástico para sus productos de carne picada. La decisión llega tras fuertes reacciones de los consumidores en contra del embalaje al vacío, que había sido introducido hace apenas seis meses.
Por qué Iceland intentó el embalaje al vacío
En un esfuerzo por reducir los desechos plásticos, Iceland trasladó su carne picada de res y cerdo a un embalaje al vacío. Este movimiento tenía como objetivo utilizar un 50% menos de plástico y reducir el consumo total de plástico en 35 toneladas anualmente. Además, el nuevo embalaje extendía la vida útil de los productos en casi un 50%, manteniéndolos frescos hasta por dos semanas y media. Otro beneficio era la eficiencia logística: más paquetes podían caber en los camiones de entrega, reduciendo las emisiones de carbono y asegurando un suministro constante.
Otros grandes minoristas, incluyendo Lidl y Asda, también habían tomado pasos similares. El cambio de Lidl tenía como objetivo ahorrar 250 toneladas de plástico anualmente, mientras que Asda proyectaba una reducción de 60 toneladas. Sainsbury’s había adoptado anteriormente el embalaje al vacío en 2023, con el objetivo de reducir el uso de plástico en 450 toneladas.
Reacciones de los consumidores: Un gran revés
A pesar de los beneficios ambientales, el nuevo embalaje no fue bien recibido por los compradores. Muchos consumidores se quejaron de que la carne picada envasada al vacío alteraba la textura y apariencia de la carne, haciéndola lucir poco apetitosa y sentir “blanda”. También había frustración sobre la reciclabilidad del embalaje; a diferencia de las bandejas de plástico, que podían reciclarse en casa, los paquetes sellados al vacío debían llevarse a puntos de reciclaje en la tienda, lo que muchos consideraron inconveniente.
Cuando Sainsbury’s introdujo la carne picada envasada al vacío, los clientes expresaron una insatisfacción similar, llamando al embalaje “horrible”. Un experto en empaques, Robert Lilienfeld, señaló que aunque el sellado al vacío podría ayudar a mantener la frescura, también convertía la carne en un color púrpura poco atractivo, lo que conducía a un mayor desperdicio de alimentos.
Iceland escucha: Las bandejas de plástico están de vuelta
Después de meses de quejas de los clientes, Iceland anunció su decisión de volver a las bandejas de plástico. La compañía compartió la actualización en las redes sociales, afirmando: “Ustedes pidieron, nosotros cumplimos. ¡El embalaje clásico de carne picada ha vuelto!” La respuesta fue abrumadoramente positiva, con muchos compradores elogiando a Iceland por escuchar sus preocupaciones.
Un consumidor expresó su alivio, afirmando que el embalaje al vacío “hacía que la carne estuviera blanda” y lucía poco apetitosa. Otro añadió: “Definitivamente obtendremos nuestra carne picada de Iceland ahora, ya que realmente escuchan a los clientes.”
Sin embargo, no todos estaban contentos. Algunos consumidores apreciaban los paquetes sellados al vacío y no estaban de acuerdo con el regreso al plástico, creyendo que el nuevo embalaje era más efectivo para preservar la calidad de la carne.
El panorama general: Cambios en el embalaje y reacciones de los consumidores
No es la primera vez que los cambios en el embalaje generan debate. Recientemente, Sainsbury’s y Tesco eliminaron las tapas de plástico rígido de sus contenedores de hummus para ahorrar 50 millones de piezas de plástico anualmente. Sin embargo, los clientes se quejaron de que las nuevas tapas pelables eran difíciles de volver a sellar, lo que provocaba derrames y desperdicio de alimentos. Algunos encontraron soluciones, como usar tapas reutilizables o cubrir los recipientes con pequeños platos.
Equilibrando la sostenibilidad y las preferencias de los consumidores
La decisión de Iceland destaca el desafío de equilibrar la sostenibilidad con las expectativas de los clientes. Si bien reducir los desechos plásticos es crucial, los cambios que afectan la apariencia y conveniencia del producto pueden llevar a consecuencias no deseadas, como un aumento en el desperdicio de alimentos.
La capacidad de respuesta del minorista demuestra el poder de los comentarios de los consumidores. Las empresas pueden necesitar encontrar soluciones alternativas que mantengan tanto los objetivos de sostenibilidad como la satisfacción del cliente. Por ahora, Iceland ha dejado claro su postura: las preferencias del cliente son lo primero.