
Published in News
El vínculo oculto entre tu cena y tu visita al médico
Un estudio importante descubre que casi uno de cada cinco infecciones del tracto urinario en el sur de California puede rastrearse hasta E. coli que se encuentra en la carne de supermercado cotidiana — especialmente en pollo y pavo.

Una Fuente Oculta de una Infección Común
Las infecciones del tracto urinario (ITU) se encuentran entre las infecciones bacterianas más frecuentes en todo el mundo, pero nuevas investigaciones sugieren que un sorprendente número puede comenzar en nuestros platos. Un equipo de la Universidad George Washington y Kaiser Permanente del Sur de California encontró que aproximadamente el 18% de las ITU en la región estaban vinculadas a cepas de E. coli encontradas en carne de venta al por menor.
Este descubrimiento recontextualiza un clásico problema de “higiene personal” en un asunto de seguridad alimentaria pública.
Lo Que Encontró el Estudio
Los investigadores recolectaron miles de muestras de E. coli entre 2017 y 2021—tanto de carnes de supermercados como de pacientes diagnosticados con ITU. Al comparar las huellas genéticas, encontraron cepás coincidentes entre la carne contaminada y las infecciones humanas.
El pavo y el pollo mostraron los niveles más altos de contaminación.
Los barrios de bajos ingresos tenían hasta un 60% más de riesgo de ITU transmitidas por alimentos.
Las mujeres y los adultos mayores fueron los más afectados.
El modelado genómico avanzado del estudio estimó que 1 de cada 5 infecciones probablemente provino de bacterias que originalmente vivían en animales de comida.
Por Qué Es Importante
La mayoría de las personas piensa en E. coli como una causa de intoxicación alimentaria, no de infecciones urinarias. Pero algunas cepas—llamadas patógenos extraintestinales de E. coli (ExPEC)—no causan síntomas intestinales en absoluto. En lugar de eso, viajan del intestino al tracto urinario y, en casos severos, al torrente sanguíneo.
“Estos no son gérmenes aleatorios,” dijo el coautor del estudio, Dr. Lance Price. “Son patógenos que se mueven silenciosamente de las granjas a los alimentos y a las personas.”
Inequidad en el Plato
El estudio también reveló una fuerte división socioeconómica. La carne vendida en comunidades más pobres tenía más probabilidades de estar contaminada—posiblemente debido a estándares de seguridad alimentaria más débiles, tiempos de almacenamiento más largos o refrigeración inadecuada.
“Las infecciones transmitidas por alimentos no afectan a todos por igual,” dijo Price. “Siguen las mismas líneas de inequidad que configuran tantos otros riesgos para la salud.”
Lo Que Pueden Hacer los Consumidores
Los expertos enfatizan que esta no es una razón para renunciar a la carne—sino más bien para manejarla de manera segura:
Cocine el pollo y la carne a fondo (165°F para pollo y pavo).
Evite la contaminación cruzada: mantenga la carne cruda separada y lave las manos, cuchillos y tablas de cortar.
Elija empaques sellados y refrigere los alimentos rápidamente.
“Suponga que la carne cruda está contaminada,” dijo la experta en enfermedades infecciosas, Dr. Tara Smith. “No puede ver las bacterias—pero puede matarlas con calor.”
Más Allá de la Cocina
Si bien los consumidores pueden tomar precauciones, los científicos dicen que la carga no debería recaer únicamente en los compradores. Están pidiendo una mejor higiene en los mataderos, un mejor empaquetado y una supervisión más estricta del uso de antimicrobianos en el ganado.
“Este es un problema del sistema alimentario, no solo un problema de cocina,” dijo Price. “Si los reguladores tratan E. coli en la carne como una amenaza seria para la salud, podemos prevenir miles de infecciones antes de que comiencen.”
Fuente:
